Maldito desde la cuna by William S. Burroughs Jr

Maldito desde la cuna by William S. Burroughs Jr

autor:William S. Burroughs Jr. [Burroughs Jr., William S.]
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Crónica, Memorias
editor: ePubLibre
publicado: 2006-01-12T00:00:00+00:00


Billy

P. S. Fase III o qué se yo (lo estoy haciendo a modo de registro de un caso de recuperación de retraso cerebral) Sue se presentó, me dijo que me abstuviese de azúcares + carbohidratos y comiese carne durante una semana—después me llevó a casa de unos amigos a los que casi incendio aunque no del todo. Él es pintor, escultor + bibliotecario—ella es enfermera—Soy bienvenido para pasar la noche. Estoy sobrio. Esto es prosa descriptiva digna de Tarzán. Bach suena en el jukebox y yo estoy en la silla junto al gato. Tienen 3 y me han ofrecido uno⁠—¿no te resulta fascinante? Pero desde el punto de vista físico se está volviendo más fácil escribir—no todo gracias al bolígrafo que, por cierto, allá voy otra vez, es una auténtica pasada de plástico, no de metal, y fluye como el mercurio. Perdón. Urp. Buenos días, ¿tienes hambre? Quiero decir, oh Dios, hasta ese lo jodí.

Noticia de última hora: esta es buena gente—me están haciendo comer huevos cuando una señora amiga de ellos con un niño que no para de llorar entra desde la lluvia y es la primera vez que escucho las campanas chinas que hay fuera repicando al viento. Una sensación muy extraña de que estoy mejorando y las campanas ahí fuera diciendo: «Billy casi te tenemos, sal aquí donde reina el frío y la embriaguez». Dulces mimos y la sensación momentánea de que la pifié, estuve muy cerca hablando con los espíritus de los árboles que me deseaban en el río, el viento hace vibrar la ventana y sabes que sus burlas pueden derribar el edificio. Quiero ir, quiero ir. Ahora lo que quiero decir es que tengo cero intenciones de irme a ninguna parte. Me voy a quedar aquí donde por el momento se está calentito y seco en todos los sentidos. Insha’Allah[21] por siempre. Una sensación muy extraña, tú has debido oír la llamada ¿no es hermosa?, ¿no es horrible? Creo que debemos llevar al niño al hospital—tiene dolor de oídos y es evidente que esta noche inmunda se le ha metido ahí dentro y lo ha empeorado. Adelante y en marcha, a Emergencias. Probablemente tengamos un accidente en el camino y nos veamos obligados a ir todos juntos a lo grande en una de esas ambiu-lancias. Ahora que lo pienso, considerándolo mejor, creo que sobro. Me voy a quedar aquí junto al jukebox.

Menor pero Macabro uno de los gatos me acaba de dejar un trozo grande de piel transparente en el regazo. Sí. Qué triste que tantas cosas que vemos sea mejor no contarlas.



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